“Compra diez avestruces hembras y un macho, y en dos años podrás vender tus avestruces y sus crías por un millón de dólares”. Qué bueno sería que fuera así de rápido, pero no lo es. Es más, la mayoría no logra acumular un millón de dólares por andar en busca del camino fácil y rápido. Permítanme decirles lo siguiente y evitarles dolores de cabeza y decepciones muy fuertes: El dinero fácil no existe. Entre más pronto dejen de buscarlo, más rápido estarán en camino a tenerlo.

Es increíble que se necesite tan poco esfuerzo para acumular un millón de dólares, si se tiene el tiempo. Y todavía mejor, no se necesita mucho esfuerzo, porque lo que les voy a mostrar es cómo hacerlo utilizando una inversión pasiva.  Con las inversiones pasivas, básicamente, no tienen que hacer nada más que contribuir o depositar en esa cuenta; la clave es ser constante. Un negocio, comprar y vender propiedades o carros es una excelente inversión, pero absorbe mucho tiempo y mucho dinero. Lo que yo les quiero mostrar es cómo cualquier persona que se lo proponga lo puede lograr, de forma pasiva y sin tener un don para jugar fútbol como Messi o cantar como Luis Miguel o ser el mejor comediante.

A la edad de 65 años tendrían $1,000,000 de dólares si invierten:

A los 25 años de edad $97 por mes. Inversión total $48,000

A los 35 años de edad $308 por mes. Inversión total $110,880

A los 45 años de edad $1,033 por mes. Inversión total $ $247,920

A los 55 años de edad $4,240 por mes. Inversión total $508,800

¿Cuántos de ustedes quisieran tener 25 años en este momento?  Para todas las personas de 45 y mayores que en este momento les está hirviendo la sangre porque alguien no les dijo esto antes me imagino que le quisieran gritar “¡HÁGANLO!” a los que tienen 25 o menos ¿a poco no? Sería un buen consejo para todos esos jovenzuelos que todavía tienen el factor tiempo a su favor. Como ven el tiempo es un ingrediente primordial para que el dinero tenga una multiplicación exponencial, es decir que el dinero aumenta cada vez con más rapidez.  A propósito, la inversión que les recomiendo no tiene nada de extraordinario y mucho de ser constante. En este ejemplo, la persona pone el dinero en una cuenta de retiro, con fondos mutuos en acciones.  Las acciones son el vehículo de inversión, es decir, la manera en que el dinero va a multiplicarse. (Hasta aquí, uno no ha hecho nada más que poner el dinero en la cuenta). Este tipo de inversión ha demostrado tener rendimientos históricos a pesar de las altas y bajas.

Se lleva tiempo y (¡otra vez!) hay que ser constante. Otra palabra para describir esas dos cosas sería disciplina. Este ejemplo asume que cada mes, como reloj (de los que sí funcionan y no se atrasan) ustedes invierten en esa cuenta de retiro. Para algunos de ustedes es más fácil porque su empleador les ofrece una cuenta de retiro donde se les descuenta de su sueldo la inversión.  Eso es como ponerle el acelerador automático al carro. Para los que no tienen ese beneficio o facilidad, vayan con un asesor financiero y autorícenle que les descuente de su cuenta de banco, la cantidad que hayan decidido y en la fecha que hayan acordado. Lo que ustedes quieren es que invertir sea como respirar, automático, sin pensar y sin dolor, pero con beneficios.

La manera más rápida de llegar seria con un negocio que tenga éxito (ese es el sueño dorado de todos), pero el riesgo, la inversión de dinero y el sacrificio es mucho, pero mucho, mayor. Si ya tienen un negocio, les recomiendo que, de todas maneras, inviertan en cuentas de retiro, la inversión es poquita.  Es una buena forma de tener paz financiera, porque aunque estén teniendo éxito en su negocio en este momento, la inversión asegura que, pase lo que pase con el negocio, ustedes y su familia estarán bien.

Para los jóvenes: no hay excusa para no llegar a ser millonario. Es tiempo de sacar el celular, tomarte una selfie y gritarle al mundo, “estoy en camino a ser millonario”.

Bueno, ya les di la fórmula. ¿Se dieron cuenta que no se requiere esfuerzo alguno? Eso es lo que se llama “hacer que el dinero trabaje para ustedes”.  Ahora, díganle a su dinero: “¡A trabajar!”.