En el corazón de todo mundo la respuesta es comprar. Comprar tiene grandes ventajas, pero también puede, fácilmente, convertirse en un dolor de cabeza. ¿Cuántas veces han escuchado que tener casa propia es el gran sueño de todos? En el 2009, el desempleo subió a un 10 por ciento en los Estados Unidos, y el gran sueño se convirtió en una gran pesadilla. Casi tres millones de familias en este país se atrasaron con los pagos de la casa. No solamente se atrasaron, muchas de ellas perdieron su casa y, así mismo, miles y miles de dólares por todo el dinero que dieron de enganche, pagos de costos de cierre y, lo más costoso, las mejoras a la casa que uno no se puede llevar si pierde la casa.

Esto es lo que sucede cuando se compra una casa sin tener una base financiera, sólida, de ahorros y estar sin deudas. El riesgo de perder la casa y todo ese dinero se incrementa drásticamente cuando la vida les sorprende con enfermedades, accidentes o pérdida de empleo.

Rentar para ganar

La mayoría de las personas no ven lo positivo de rentar. La mayoría cree que están echando su dinero a la basura cuando alquilan. La verdad, y para ser bien claro, no todos deben de comprar casa sólo porque el pago de la hipoteca sería lo mismo que el pago mensual de renta. Alquilar evita costos escondidos, como reparaciones y mantenimiento, que fácilmente podrían representar otro pago de casa. Otra ventaja es que pueden mudarse con menos dificultad si llegaran a cambiar sus condiciones de trabajo. Como propietarios, se pueden quedar atorados con una casa que no pueden vender porque no tiene valor por encima de la deuda. Uno debe rentar si:

  • todavía tiene deudas y no hay un fondo de emergencias.
  • se acaba de mudar a una nueva ciudad.
  • es su primer año de matrimonio.
  • es inmigrante y tiene pensado regresar a su país en menos de dos años.

 

Compren su casa bien

Después de sentarme con miles de familias y ver quién gana y quién pierde, mi primera recomendación es evitar la deuda. Junten un enganche del 100%; en otras palabras, compren su casa al “cash.” ¡Eepa! No se me espanten, ustedes no sería ni los primeros ni los últimos en lograr esa meta. Hagan unos cálculos para que vean que, rentando barato por unos cuantos años, se logra esa meta y nunca tendrán el riesgo de perder su casa. Si verdaderamente no creen que sea posible y no están dispuestos a esperar, compren con hipoteca bajo las siguientes condiciones:

  • Estar libre de deudas y tener un fondo de emergencia de 3 a 6 meses de gastos.
  • Tener ahorrado, por lo menos, un enganche del 10 por ciento.  Es preferible juntar un 20 por ciento de entrada porque se ahorra mucho dinero al evitar pagar un seguro contra embargo y simplifica la calificación para el préstamo.
  • Los que están recién casados, esperen por lo menos un año antes de comprar casa. No le agreguen estrés al matrimonio con la compra de una casa y nunca, pero nunca, compren una casa con alguien que no sea su cónyuge.
  • No saquen una hipoteca a más de 15 años y asegúrense que es a interés fijo.  El pago de la casa no debería ser mayor al 25 por ciento de sus ingresos netos, mensuales. El banco les dirá que califican para más, pero les recomiendo que no lo hagan.

La idea no es rentar por el resto de su vida, pero un arrendamiento temporal, mientras se preparan para uno de los compromisos económicos más fuertes, tiene sentido. Así la casa será una bendición en vez de una pesadilla.